Reflejo
- Idalia López Carrillo
- 29 abr
- 1 Min. de lectura

Estamos aquí, nos miramos.
Nuestros ojos escudriñan,
con soberbia atención observan.
La carne se niega a ceder,
se desparrama voluptuosa
sobre un escote, una pretina,
bajo el ruedo de una falda.
Contenemos la respiración.
Sumimos el abdomen.
Contraemos las nalgas, las cachas
y el orgullo.
Tus pupilas escupen una emoción
que no comprendo.
Frustración.
Ahí estamos otra vez
Éramos dos y esta sensación
nos volvió tres.
Ya no cabemos.
Esta caja de tortura se estrecha.
Luces blancas, percheros, cortinas,
delgadísimas paredes nos caen encima.
Las ganas de expresión son para otras,
las tuyas guárdalas en túnicas deformes
en vestidos de abuela, en trapos feos.
Te miro y me sostienes la mirada,
lo sé,
yo también creí que cabíamos.
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