El mundo también me pertenece
- Idalia López Carrillo

- 9 feb 2023
- 2 Min. de lectura

El mundo también me pertenece como a ellas y a ellos, en partes, en episodios,
También contribuyo a las incontables emisiones de CO2 que matan en silencio,
Aunque haya una mancha amorfa dueña de todo y todos, majestad absoluta, deidad
Que toca el ritmo en el que nos movemos en lo cotidiano y lo festivo,
con rostro distinto, con dulce antifaz, con persuasiva labia
para esconder la farsa que creemos felicidad, autonomía, libertad…
Me pertenece el mundo y yo a él. Me creo parte del grupo
Si bien, el grupo es grande se subdivide, complejiza y violenta.
En el intento constante vivo fragmentada, divida, craquelada,
para incluirme en las divisiones convexas que este mundo me ofrece,
bajo el suave manto de la opresión perenne introduzco mi ser en sociedades,
según sea el caso se presenta el fragmento famélico en cuestión,
mediante encantos y requiebros representa el papel con que se integra
Este mundo ventilador, licuadora, pantalla, lavadora, desagüe, porquería.
Me mueve sacude, obsesiona, castiga, desmorona, asfixia, apaga, extingue
Sin piedad exige atención, trabajo, esfuerzo, valentía, incluso felicidad
Entre el ir y venir deja en casa la inconformidad que, esta temporada no se lleva
Según las tendencias es mejor suprimir las ganas de comer, de llorar, de rabiar
Sin sacrificio no hay recompensa, no hay éxito, no hay vida
y aquí seguimos, corriendo, aullando, lamiendo, jadeando, sonriendo.
Porque el mundo sigue y nosotras con él, en él, sobre él, ante él, para él,
en busca de ese pedacito de espacio propio, de lugar seguro,
bajo ninguna certeza de que lo encontraremos, pero ¡aquí nadie se rinde!
Hasta la gente incapaz debe pagar su cuota por ser, estar, ocupar,
desde la cima la mancha dueña dirige los deseos, las angustias y las tendencias.
Durante el día defiendo mi pedacito de mundo, de tierra, de pensamiento,
Pero de noche me destejen los sueños y construyen realidades atroces.

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